Martes 19 de diciembre de 2023.- Estudiantes de las especialidades técnicas del Liceo Bicentenario Agropecuario Likan Antai recibieron nuevos implementos y herramientas para el desarrollo de sus estudios, a través del Convenio de Cooperación para el Programa de Fomento, Visibilización y Empoderamiento de la cultura, el arte y el patrimonio, año 2023, el que ha sido promovido por la Fundación de Cultura de San Pedro de Atacama y la empresa Albemarle.
El objetivo de este convenio es fortalecer los procesos de aprendizaje de las y los estudiantes de tercer y cuarto medio, mediante la compra de equipamiento adecuado para la experimentación en aula, con el fin de fortalecer su desarrollo y desempeño en el mundo laboral y académico.
Para el director de la Fundación de Cultura de San Pedro de Atacama, Rubén Reyes, la importancia de este convenio es que “nace de la necesidad que plantea la comunidad educativa de contar con apoyo en el proceso de enseñanza a los distintos niveles, tanto de especialidades como de estudiantes en general. Además, busca fortalecer las competencias y habilidades de la comunidad educativa en general y aportar en el mejoramiento de la calidad de vida, otorgando acceso e inclusión en aspectos culturales, formativos y de rescate patrimonial”.
A través de una propuesta desarrollada por el equipo docente y el alumnado del establecimiento educacional, se determinó que para la Especialidad de Administración, se implementará una sala ofimática portátil, con el objetivo de dotar a la carrera de administración de equipos portátiles de nivel empresarial; para la Especialidad de Electricidad, se dotará de materiales y herramientas para implementar un panel demostrativo en las clases; para la Especialidad de Turismo, se implementará una estación audiovisual para registro y promoción de actividades, con el fin de generar contenidos y material de promoción; y por último, para la Especialidad Agropecuaria, se dotará de insumos para el trabajo práctico en actividades al aire libre.
Estos aportes permiten el avance tecnológico de la educación y contribuyen a que los jóvenes de la comuna cuenten con diversas herramientas en sus procesos, con el fin que el trabajo que día a día se realiza, sirva para alcanzar diferentes metas. Educar es mucho más que una inversión en el futuro, también es cimiento sobre el que se construye un mundo más justo y equitativo.
Es un ícono cultural que combina historia, arte y naturaleza. Sus construcciones de adobe y piedra son la puerta de entrada a las maravillas del altiplano. La iglesia de San Pedro, con retablos coloniales, y el cementerio con vistas espectaculares, reflejan la historia y diversidad cultural. El Pukará de Quitor simboliza la resistencia atacameña.
A 2,800 metros, combina historia y naturaleza con viviendas de adobe y piedra. La iglesia de San Roque, del siglo XVIII, y el cementerio con vistas al Salar de Atacama son espacios de reflexión y conexión con tradiciones funerarias. Peine también es ideal para descubrir misterios arqueológicos y paisajes naturales, destacando la agricultura en terrazas y la producción de quinua.
En el paisaje andino, presenta terrazas agrícolas que desafían la aridez del altiplano. Las construcciones de piedra volcánica y adobe reflejan la adaptación ingeniosa de sus habitantes. La iglesia de San Bartolomé, con retablos coloniales, y el cementerio con vistas panorámicas destacan la conexión con el entorno. Socaire es un punto de partida para explorar el Salar de Atacama.
Un pintoresco pueblo con construcciones de adobe y techos de paja, destaca por su iglesia del siglo XIX con arte sacro y un cementerio a 3,800 metros de altitud, adornado con flores y objetos personales. Rodeado de montañas, ofrece paisajes espectaculares y rutas de senderismo. Sus festividades, como la fiesta patronal de San Antonio, reflejan la rica tradición y fe de la comunidad.
A 4,200 metros, Talabre ofrece vistas majestuosas del volcán Lascar y otros picos andinos. Sus tradiciones agrícolas y pastoriles perduran en un entorno desafiante. La capilla local es el centro de la comunidad, y las rutas hacia los campos de lava del volcán Lascar atraen a los aventureros.
Con sus construcciones de piedra liparita, transforma un entorno árido en un oasis agrícola. La iglesia de San Lucas y el cementerio elevado son emblemáticos del pueblo. La producción de vino artesanal y la Vendimia muestran la conexión de Toconao con la tierra. El Valle de Jere resalta la riqueza agrícola en contraste con el desierto circundante.
A 3,900 metros, es un pequeño poblado donde piedra volcánica y adobe se combinan en viviendas duraderas. Rodeado de cactus y formaciones rocosas, el pueblo mantiene ritos ancestrales. Su capilla sencilla y el cementerio pequeño honran a los difuntos, y las festividades celebran la conexión con la naturaleza desértica.
Situado a 3,800 metros de altitud, Matancilla muestra la adaptabilidad humana con sus construcciones de adobe y piedra. Las técnicas ancestrales en viviendas con techos de caña y barro reflejan la capacidad de sus habitantes para prosperar. Este pueblo, centro agrícola y espiritual, conserva tradiciones vivas en su capilla y cementerio.
Un bastión agrícola en un paisaje árido, ha evolucionado a lo largo de los siglos. Las construcciones de piedra y adobe con techos de paja resisten el tiempo, y la iglesia local, uno de los templos más antiguos, refleja la arquitectura colonial del siglo XVIII. El cementerio en la colina y el río que cruza el pueblo son vitales para la comunidad y sus campos.
A 4,000 metros sobre el nivel del mar, Machuca destaca por su arquitectura de adobe y techos de paja de ichu, preservando las tradiciones ancestrales. Este enclave andino, fundamental en las rutas de pastoreo y comercio atacameñas, es famoso por su legado cultural. La iglesia de San Santiago del siglo XIX y el cementerio con vistas al altiplano narran la resistencia de la comunidad a lo largo del tiempo.