Comida, vino y cultura: San Pedro de Atacama recibe la Fiesta de la Vendimia 2025

El próximo 3 de mayo San Pedro de Atacama recibirá una nueva versión de la Fiesta de la Vendimia, evento que celebra la agricultura y la tradición vitinicola, y que promete ser una experiencia inolvidable para toda la familia.

Como años anteriores la Cooperativa Campesina Lickanantay ofrecerá su mejor gama de vinos, entre los que se encuentra el galardonado vino Ayllu, producido en el Desierto de Atacama. Además, la cita contará con una feria artesanal con expositores de todo Atacama la Grande, opciones culinarias y artistas locales.

Wilfredo Cruz, gerente general de la Cooperativa, destaca que “la producción en la cuenca del Salar de Atacama se destaca mundialmente como un vino que solo el desierto puede lograr, porque expresa una historia con valor patrimonial y elaboración sustentable”.

A su vez, Justo Zuleta Santander, alcalde de la comuna de San Pedro de Atacama, destaco que “la fiesta de la Vendimia es una gran oportunidad para resaltar el gran desafío de realizar agricultura en nuestro territorio y los grandes productos que se realizan a partir de esta”, como también invita a “disfrutar y vivir toda nuestra identidad cultural de la mano de un vino galardonado a nivel nacional e internacional como lo es vinos Ayllu”.

El evento cuenta con el apoyo de la Fundación de Cultura, Municipalidad de San Pedro de Atacama, CORFO Antofagasta y Gedes, quienes trabajan para que productores locales y servicios de gastronomía sean parte de esta actividad cultural.

La actividad está programada para el sábado 3 de mayo de 2025, en la explanada del Pueblo de Artesanos, desde las 10 horas hasta la medianoche.

Para más información sobre el evento, visita las redes sociales de la Fundación de Cultura de San Pedro de Atacama o de Vinos Ayllu.

SAN PEDRO DE ATACAMA

Es un ícono cultural que combina historia, arte y naturaleza. Sus construcciones de adobe y piedra son la puerta de entrada a las maravillas del altiplano. La iglesia de San Pedro, con retablos coloniales, y el cementerio con vistas espectaculares, reflejan la historia y diversidad cultural. El Pukará de Quitor simboliza la resistencia atacameña.

PEINE

A 2,800 metros, combina historia y naturaleza con viviendas de adobe y piedra. La iglesia de San Roque, del siglo XVIII, y el cementerio con vistas al Salar de Atacama son espacios de reflexión y conexión con tradiciones funerarias. Peine también es ideal para descubrir misterios arqueológicos y paisajes naturales, destacando la agricultura en terrazas y la producción de quinua.

SOCAIRE

En el paisaje andino, presenta terrazas agrícolas que desafían la aridez del altiplano. Las construcciones de piedra volcánica y adobe reflejan la adaptación ingeniosa de sus habitantes. La iglesia de San Bartolomé, con retablos coloniales, y el cementerio con vistas panorámicas destacan la conexión con el entorno. Socaire es un punto de partida para explorar el Salar de Atacama.

CAMAR

Un pintoresco pueblo con construcciones de adobe y techos de paja, destaca por su iglesia del siglo XIX con arte sacro y un cementerio a 3,800 metros de altitud, adornado con flores y objetos personales. Rodeado de montañas, ofrece paisajes espectaculares y rutas de senderismo. Sus festividades, como la fiesta patronal de San Antonio, reflejan la rica tradición y fe de la comunidad.

TALABRE

A 4,200 metros, Talabre ofrece vistas majestuosas del volcán Lascar y otros picos andinos. Sus tradiciones agrícolas y pastoriles perduran en un entorno desafiante. La capilla local es el centro de la comunidad, y las rutas hacia los campos de lava del volcán Lascar atraen a los aventureros.

TOCONAO

Con sus construcciones de piedra liparita, transforma un entorno árido en un oasis agrícola. La iglesia de San Lucas y el cementerio elevado son emblemáticos del pueblo. La producción de vino artesanal y la Vendimia muestran la conexión de Toconao con la tierra. El Valle de Jere resalta la riqueza agrícola en contraste con el desierto circundante.

GUATIN

A 3,900 metros, es un pequeño poblado donde piedra volcánica y adobe se combinan en viviendas duraderas. Rodeado de cactus y formaciones rocosas, el pueblo mantiene ritos ancestrales. Su capilla sencilla y el cementerio pequeño honran a los difuntos, y las festividades celebran la conexión con la naturaleza desértica.

MATANCILLA

Situado a 3,800 metros de altitud, Matancilla muestra la adaptabilidad humana con sus construcciones de adobe y piedra. Las técnicas ancestrales en viviendas con techos de caña y barro reflejan la capacidad de sus habitantes para prosperar. Este pueblo, centro agrícola y espiritual, conserva tradiciones vivas en su capilla y cementerio.

RÍO GRANDE

Un bastión agrícola en un paisaje árido, ha evolucionado a lo largo de los siglos. Las construcciones de piedra y adobe con techos de paja resisten el tiempo, y la iglesia local, uno de los templos más antiguos, refleja la arquitectura colonial del siglo XVIII. El cementerio en la colina y el río que cruza el pueblo son vitales para la comunidad y sus campos.

MACHUCA

A 4,000 metros sobre el nivel del mar, Machuca destaca por su arquitectura de adobe y techos de paja de ichu, preservando las tradiciones ancestrales. Este enclave andino, fundamental en las rutas de pastoreo y comercio atacameñas, es famoso por su legado cultural. La iglesia de San Santiago del siglo XIX y el cementerio con vistas al altiplano narran la resistencia de la comunidad a lo largo del tiempo.